El mundo de los fluyentes
sonidos de las armonías de las esferas, en el cual el hombre se encuentra
durante la noche, es su verdadero hogar. Del cual él nacerá y al cual el
regresa después de la muerte. Por ello el efecto de grandiosa música puede ser
especialmente profundo, el hombre se siente bien a través de su inconsciente
recuerdo de su hogar espiritual, el vivencia: Yo eres tú, tú eres de mi
especie. Rudolf Steiner
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